Por mucho que te guste algo, si lo abandonas por un tiempo, da pereza volver a empezar. Me está pasando con la fotografía. Ya no me acompaño siempre de la cámara cuando salgo a la calle. Como veo que están llegando las vacaciones y me van a pillar con el oficio fotográfico oxidado, este fin de semana en Oviedo ha sido la disculpa perfecta para recuperar las buenas costumbres. Cuesta un poco encontrar el criterio cuando te pones a hacer fotos después de un tiempo. Es como cuando dejas de andar en bici durante años. Y de la misma manera también, tras unas inseguras primeras pedaladas, enseguida te ves probando a ver qué pasa cuando sueltas las manos del manillar.
Este es el reportaje de un turista que ha pasado un día en Oviedo. No es mucho pero para algo ha dado. Aunque no tanto como para descubrir todo lo que promete la carta de presentación de la ciudad. Sorprende llegar desde Bilbao y descubrir que tenemos tan cerca una ciudad hermana, a nuestra altura en fanfarronería :-)
Empezamos con un detalle que Oviedo ofrece a los viajeros. Cuando vives el momento crees que no te vas a olvidar nunca de la fecha en la que estuviste en un lugar. Pasados unos años, eres incapaz de situar la visita en el tiempo exacto (muchas veces ni en el aproximado). No va a pasar eso con Oviedo porque siempre habrá una foto que nos lo recuerde.
Vamos ya "en serio" con el reportaje. Oviedo me ha parecido una ciudad interesante. Pequeña en la acepción positiva de la palabra (la contraria a grande y deshumanizada), despejada y muy elegante.
Con una arquitectura poderosa...
...que no pierde un ápice de belleza cuando te acercas un poco y te paras a observar los detalles.
Esa gran colección de edificios convive con otra de construcciones más sencillas o primitivas pero igual de atractivas.
De la amigable convivencia surgen relaciones entre opuestos (en el caso que nos ocupa mejor los denominamos complementarios) que son las que le hacen disfrutar a este fotógrafo.
Y surgen también extrañas confluencias de líneas y planos cuando se escogen los encuadres apropiados.
Todos esta arquitectura se entremezcla constituyendo un espacio urbano diverso. Sin embargo, el casco antiguo de Oviedo transmite la idea de evolución coherente. Lo contrario a lo que se percibe en algunas ciudades que parecen fabricadas a retales, sin intención ni armonía.
Es cierto que la visión del turista suele estar bastante distorsionada y que las ciudades cambian mucho si las observas en un día laborable o en un festivo. Así y todo, yo me he llevado la idea de que Oviedo es un buen lugar para vivir. En el que sus habitantes se mueven con calma, sin la ansiedad y el apresuramiento propio de las grandes urbes.
Esa tranquilidad se percibe lo mismo en las plazas pequeñas y las calles más estrechas...
...que en los espacios grandes y despejados.
Esa tranquilidad se percibe lo mismo en las plazas pequeñas y las calles más estrechas...
...que en los espacios grandes y despejados.
Y va desde los parques (santuarios verdes de ese matiz que te será difícil encontrar si te alejas del Cantábrico)...
...hasta los mercados
Todo turista que se precie y que se tope con el tipismo de una ciudad está obligado a hacerle un pequeño homenaje. Detrás de los tópicos hay siempre una parte de su historia y de su cultura.
Voy a terminar con una colección de fotografías de algo que me llamó mucho la atención. Oviedo es una ciudad plagada de esculturas. Nunca me había percatado con tanta claridad de la entidad que toma una estatua cuando está rodeada de un entorno habitado. Su rol es completamente diferente al que desempeña en un museo. Quizá pierda un poco de su matiz artístico pero lo gana con creces al interactuar con el entorno.
Recortarse frente a un fondo de edificios ya es un valor extra.
Formar composiciones con ellos o con el paisaje, más todavía.
Y cuando se mezclan con los habitantes de la ciudad es cuando casi adquieren vida propia.
Me despido de ti Oh! Viedo. Nos volveremos a ver.
Pues te ha quedado muy bien el reportaje
ResponderEliminarSe agradecen siempre los comentarios Joseba. Y sobre todo en este tipo de artículos que son más exigentes de lo que parecen y suelen tener muy poca repercusión.
ResponderEliminarBuen articulo, muy en tú línea. Dan ganas de pasarse por la ciudad ;-)
ResponderEliminarTe agradezco el comentario Jesus. Lo de "en tu línea" no sé si me alegra (por tener un estilo reconocible) o me preocupa (me he convertido en alguien predecible).
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