De paseo por Santoña

Qué mal empezó la tarde. Nos habíamos apuntado a un paseo organizado por el ayuntamiento de Santoña como parte de los actividades de lo que han denominado Santoña ¡Qué blanco!

El plan era un paseo guiado por la ciudad que empezaba a las ocho de la tarde y que terminaría por la noche con un pequeño recorrido en barco. El comienzo no presagiaba nada bueno. Tres grupos (de 100 personas cada uno) siguiendo un cartelito por las calles de Santoña atestadas de gente y ruido. Eramos la viva imagen de los rebaños de ovejas. Como yo iba además un poco forzado, mi estado de ánimo era, como poco, sombrío. Vamos que estaba bastante "picado".  Quizá para compensar ese estado de ánimo o por alejarme del disgusto que me producía la masificación de las aceras, descubro que casi todas las fotos que tomé en la primera parte del paseo son "contrapicados". En realidad esto es un juego de palabras. El contrapicado es un plano muy agradecido. Se obtienen con él fotos sorprendentes porque la gente no se tira normalmente por el suelo para ver cómo se observa el mundo desde esa posición. Allá va la primera batería de fotos:









La cosa no terminó tan mal. Cuando nos fuimos alejando del centro de la ciudad, moviéndonos por espacios más abiertos, todo empezó a parecer menos forzado y las explicaciones que nos daban los guías se aceptaban de mejor grado.




En la última parte nos volvimos a reunir los tres grupos en el fuerte de San Martín pero las vistas desde la altura, la caída de la noche y el bocadillo que nos comimos (los que lo llevábamos preparado de casa) hizo muy llevadera la renovada masificación. Estaba yo además a lo mío. A conseguir alguna foto nocturna. Sin trípode...


... pero siempre con el flash. Concretamente en esta foto lo he disparado tres veces "a mano" sobre la planta del primer plano durante los 10 segundos que estuvo abierto el obturador.


El paseo terminaba con una vueltecita en barco. Su objetivo era observar desde el mar las Lágrimas de San Lorenzo. El recorrido fue muy agradable porque el agua estaba muy calmada pero el cielo se fue cubriendo durante la tarde de una gruesa capa de nubes que hizo imposible la visión de las Perseidas. Otro año será.

Termino el artículo con una curiosidad fotográfica. En una parte del paseo nos paramos para escuchar explicaciones sobre la figura de Juan de la Cosa al lado de la estatua que tiene dedicada en el Paseo Marítimo (es posiblemente el ciudadano más ilustre de Santoña).


Me llamaba la atención la parte central del monumento. Esa figura de bronce agarrada a un gran timón con el cielo nublado como fondo me gustaba así que estuve moviéndome para tratar de sacar del plano la cabeza de una farola que asomaba por detrás. No lo conseguí del todo.


Terminado el paseo organizado, ya de retirada, volvimos a pasar por delante del monumento. El problema que supuso la farola por la tarde se convirtió en la oportunidad por la noche.




4 comentarios:

  1. jejejeje, la fotografia como terapia?? ;-)

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    1. Hoy por hoy es el uso más productivo que tengo para ella. El equipo fotográfico que tengo me ha costado una pasta pero los terapeutas no son tampoco nada baratos :-)

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  2. Como siempre ver maravillosas fotos es una gozada.
    El mensaje va de abajo a arriba... y el sol acaba como el oro en un centro que le hace casi fuente divina.
    Adelante. Y seguiremos disfrutando.

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