Fotografía & DIY

Si alguna vez habéis querido construir algo, ya sabréis lo que significa DIY. Son las inciales de "Do it yourself". Así, in inglis, parece que tiene más relevancia. El "Hágalo usted mismo" es un clásico también en la cultura española pero sus inciales HUM no han conseguido alcanzar la categoría de concepto. 

Haced una prueba. Realizad una busqueda en la web de cualquier cosa que se os ocurra (no hace falta que uséis palabras inglesas, la podéis hacer en castellano) poniendo detrás el DIY. Encontraréis cantidad de entradas que os explican cómo se hace lo que buscáis. Da lo mismo que os hayáis interesado por un drone (objeto muy de moda fácil de relacionar con la cultura tecnológica anglosajona) que por un botijo (no se me ocurre nada más genuinamente nuestro).

Llevado al extremo, el DIY es una actitud ante la vida. Si experimentas curiosidad por tu entorno físico y tienes también la voluntad de intervenir sobre él para modificarlo, es seguro que te habrás embarcado en algún proyecto o acción para construir, reparar o cambiar la utilidad de un objeto.

Quizá a estas alturas del artículo os estéis preguntando a qué viene esto en un blog de fotografía. Algunos ya sabéis que también utilizo las fotos como trampolín para reflexionar sobre otras cosas pero esta vez la relación es mucho más tangible. A mí siempre me ha gustado trastear y utilizar las manos para construir cosas. Cuando por circunstancias me paso alguna temporada larga centrado en actividades puramente intelectuales, siento que tengo que oxigenarme poniendo mis manos a trabajar. Un atavismo supongo. Quizá una de las razones que le ha dado a nuestra especie supremacía sobre las demás es la forma de nuestras manos. El pulgar opuesto a los otros cuatro dedos nos permite manejar herramientas con una eficiencia y precisión imposible para otros animales y difícilmente imitable por los robots más avanzados.

Pero la fotografía es un acto puramente intelectual. Se trata de pensar, observar, encuadrar, ajustar parámetros de la cámara con unos botoncitos, pulsar otro botón para tomar la fotografía y procesarla hasta dejarla a tu gusto delante de la pantalla de un ordenador.
Esto es así hasta que decides hacer alguna foto un poco especial y empiezas a necesitar cacharritos extra. Desde que empecé a apostar fuerte en esto de la fotografía he comprado bastantes cosas (aparte de cámara y objetivos) y me he fabricado (o me estoy fabricando) otras. A saber:

1.- Rótula para Panorámicas Esféricas.
Ya os la mostré en el artículo Panorámicas Esféricas. Capítulo 1. Artilugios.

Comparada con las rótulas que puedes comprar es un poco tosca pero cuenta con todos los elementos para poder adaptarla a cualquier cámara. Con la mía se lleva muy bien porque ya han trabajado mucho juntas y porque, en el fondo, cuando la diseñé y la construí siempre tuve presentes las dimensiones y el peso de la cámara que tenía en casa.

Es a día de hoy el DIY del que más orgulloso estoy. Porque ha demostrado su robustez y su eficiencia en trabajo real (no sólo en experimentos). Con ella he recorrido desde cero el camino para la realización de panorámicas esféricas. Aquí podéis ver la mayoría de las que he realizado. Mi rótula (mucho más mía que si la hubiera comprado) ha sido mi compañera en todas ellas.

2.- Beauty Dish.
Es éste un modificador de la luz de flash. Como su nombre indica (plato de belleza), tiene forma de plato y se utiliza mucho para fotos de moda porque la calidad de la luz que aporta es muy particular. Los hay comerciales de diferentes tamaños para flashes de estudio. Hay también algunos más pequeños para poder ser utilizados en strobist. Unos y otros son bastante caros. Quizá por eso o porque el mundo esta lleno de gente "manitas", muchas ensaladeras de acero inoxidable se han comprado, no para aliñar lechuga y tomate, sino para construir uno de estos. Entre ellos el mío.

Ya mostré los primeros experimentos con él en el artículo En la Frontera. Transición de la luz hacia la sombra.

De este artilugio también estoy muy orgulloso aunque no le he dado todavía mucho uso. Ni a él ni al resto de modificadores de la luz de flash que he ido comprando. Pero está bien construido y sé que me va a dar buenos resultados cuando decida utilizarlo inténsamente. Eso quiere decir que voy a poder concentrarme en la foto que quiera hacer y no en si el beauty va a funcionar correctamente.
La foto de las manos con la que presento este artículo se ha iluminado con él. Otras como esta que viene a continuación son más típicas. Aparte de la calidad de la luz, el reflejo del beauty dish en el ojo del modelo es su firma en los retratos.

Preparando una foto de manos para presentar el artículo se prueban diferentes cosas (las manos dan mucho juego) y se obtienen imágenes que tienen mucho que ver con la calidad de la luz con la que estás iluminando. Como me gustan los resultados os muestro otra foto más.

3.- Barrera de Infrarrojos.
Este es el artilugio que tengo ahora en proyecto. No es una realidad todavía pero creo que lo será porque ya he comprado unas cuantas piezas para construirlo. Cuando me gasto dinero en algo es porque creo que voy a ser capaz de terminar el proyecto o porque estoy dispuesto a dedicarle todo el tiempo y el esfuerzo que sea necesario. No sólo porque me interesa el resultado sino porque me apetece aprender recorriendo el camino.

Será mi primer aparato (si sale bien estoy convencido de que después vendrán más) que incorpore un arduino en su construcción. Acabo de descubrir esta plataforma y estoy entusiasmado (y un poco preocupado por la dificultad que me va a suponer aprender a programar) con sus posibilidades.

Os mantendré al corriente de la evolución del proyecto. Pretendo que sirva para las típicas fotografías de gotas, las de alta velocidad (la flecha reventando un globo) e incluso que valga para fotografiar fauna esquiva. Ya veremos hasta dónde soy capaz de llegar.

Hace unos años, un amigo organizó un taller de fotografía de gotas para lo cual utilizó un artilugio esencialmente parecido al que yo pretendó construir ahora. Se podían obtener con él buenos resultados pero no estaba, para mi gusto, sufcientemente bien desarrollado técnicamente. Esto hacía que mucho tiempo de cada sesión se perdiera en ajustes. Estas son algunas de las fotos de aquel taller. Espero que, en un futuro cercano, pueda mostrar aquí otras iguales o mejores.

4.- Bokeh con Formas.
El bokeh con formas es una técnica muy curiosa. Acabo de recordar mientras escribía este artículo que, hace unos años, cuando me enteré de que existía, preparé un kit para utilizarla. No tiene ni con mucho la complejidad de lo mostrado hasta ahora pero es especial por otra razón. Todo lo citado anteriormente tiene su alternativa comercial que puedes comprar. También lo habrá (hoy se fabrica y se vende casi todo lo que se te pueda ocurrir y también lo que nunca se te ocurriría) para esto pero yo no lo he visto.

Podéis hacer una búsqueda por la web y veréis muchos modos de aplicarla. El mío está adaptado al objetivo más luminoso del que dispongo y es muy simple. A lo mejor me animo un poco más adelante y publico un tutorial completo.
Con esta técnica y un poco de imaginación (este ingrediente es como el perejil en los platos de Argiñano) se pueden obtener resultados sorprendentes. Como en este artículo está dándosele importancia a las manos os pongo una foto que combina bokeh con formas (las estrellitas son las farolas de la calle) e iluminación con flash (con las aperturas que hay que usar es obligatorio iluminar la mano con la potente luz del flash).

5.- Bodegones.
Hasta aquí os he mostrado las diferentes herramientas o artilugos que he ido construyendo para aplicarlas en mi trabajo fotográfico. Pero una fotografía, aparte de una creación intelectual puede ser en si misma un ejercicio manual. Tener una idea y crear un bodegón para convertirla en una foto es un recurso que me gusta utilizar. Montar un escenario, crear los personajes (el hecho de que sean inanimados no les priva de esa condición) e iluminarlo todo, son acciones perecederas (sirven sólo para una foto) pero esa foto será un poco más tuya que cualquier otra..
Hace no mucho publiqué un artículo con diez bodegones que contaban una historia. La llamé "Trayectoria Vital". Cada una de las fotos era un DIY y fui explicando también el cómo se hizo en tres capítulos (los podéis ver en el apartado de "Técnicas" de este blog).
Repito para ilustrar esta parte del artículo una de las fotos de aquel proyecto y el escenario que creé para conseguirla.

Mi afición por este tipo de fotografías no es reciente. Ya hace tiempo, y con mucho menos conocimiento sobre iluminación, me gustaba crear fotos desde una idea. Siento no poder mostrar el cómo se hizo de la que va a continuación. En aquel tiempo no tenía mi blog y no lo documentaba casi todo como lo hago ahora.

Resumiendo. Conectar el cerebro con las manos (y viceversa) está muy bien. Requiere esfuerzo pero te diviertes mientras aprendes en el proceso de creación, disfrutas con los resultados y, a menudo (no siempre), ahorras. Tiene además un punto de rebeldía. No aceptas sin rechistar lo que te dan hecho (suele ser caro y está estudiado para que dependas de ello siempre) si puedes hacerlo tú.
No he llegado a filosofar de estos temas con ellos pero intuyo que esta es la idea que subyace tras el movimiento Maker. Con el grupo Bilbao Makers he tenido algo de contacto ultimamente y creo que seguiré manteniéndolo de alguna manera o de otra.