Slackline en Bilbao

Estos días se está celebrando en Bilbao el Mendi Film Festival. El Open Internacional de Slackline al que me voy a referir en este artículo, ha sido una de las actividades que complementan la proyección de películas y acercan el festival a la calle.

No voy a dar lecciones aquí de lo que es el Slackline. No me he informado tanto sobre esta disciplina como para poder hacerlo. Mi bagaje consiste en haber visto entrenar un poco a la gente de la Asociación Flow Balance (activos participantes en la organzación de este evento), cruzar dos palabras con ellos, fisgar un poco en su web y observar ayer con mucho interés las evoluciones de los riders internacionales. Lo justo para saber un poco de qué va esto y para darme cuenta de que hay gente que se lo toma muy en serio, convertiéndolo en algo más que un simple juego. Hay que entrenar muchas horas y asumir cierto riesgo para poder mover el cuerpo de la manera que he podido observar este domingo.


Lo mío (y lo de este blog) son las fotos. Con la intención de sacar unas cuantas me acerqué a Bilbao. Lo que viene a continuación es una colección de ellas agrupadas según las sensaciones que me llegaban cuando las iba tomando y al revisarlas después.

Empecemos fuerte. 
Con lo que dota a este deporte de una gran espectacularidad. Saltos, vuelos, piruetas en el aire.








He empezado con lo espectacular. Con lo que más impresiona al público en general. Yo también me quedo cautivado al ver esos vuelos por lo que tienen de estética en sí mismos y por el riesgo que toman los protagonistas al ejecutarlos.
Pero cuando me acompaño de la cámara, es como si ella se dirigiera automáticamente hacia los rostros. Esa colección de músculos concentrados en tan poco espacio y que son capaces de transmitir con precisión lo que estamos sintiendo en cada momento. Concentración, sorpresa, disgusto, miedo...









Reflexionar un poco sobre lo que ves ayuda a entenderlo mejor. El Slackline es una actividad de equlibrio dinámico en la que el cerebro está continuamente interactuando con el cuerpo. Una pirueta es el abandono del equlibrio y su consiguiente recuperación. Todo en un proceso continuo. Sin paradas. Sin tiempo para pensar. Me asombra la aparente facilidad con la que esta gente llega a conseguirlo. Es evidente que tiene que haber mucho entrenamiento detrás pero, cuando les ves, parece que que su equilibrio es natural, intuitivo.
El Slackline es una cama elástica extraordinariamente estrecha (sin apoyos laterales además). Intuyo que los que lo practican, tienen que construir mentalmente un pasillo (dos paredes imaginarias) del que no se pueden salir para que su centro de gravedad esté siempre en la vertical de la cinta cuando caen sobre ella y reciben el impulso para el siguiente salto. Conseguirlo, y que además a los que vemos el espectáculo nos parezca que esas paredes no existen,  tiene muchísimo mérito.
En esta serie de fotos que viene a continuación trato de reflejar ese juego. El esfuerzo para conseguir el equilibrio y también su pérdida.










Con esta serie termino el reportaje:

La protagonista. Slackline no tiene una traducción muy clara. Podría ser "Cuerda Floja" pero en castellano ya tenemos otro concepto al que llamamos así y que no coincide con este. Para nosotros, la cuerda floja es una cuerda o un cable sobre el que se realizan equilibrios pero no los saltos y las piruetas que permite el slackline. Traducirlo como "Cinta Floja" o "Línea Floja", a mí al menos, me suena fatal. En cualquier caso, todo en esta disciplina se realiza encima de una cinta y por el impulso de ella.


El escenario donde se realizó el evento. En Bilbao. En la margen derecha de la Ría y bajo el Puente de Euskalduna. La foto es una panorámica de 3 imágenes cosidas. Tiene algún defectillo que no he podido corregir. Como es muy ancha la he subido con 1050 pixeles. Las otras están subidas a 850. Solo podréis apreciar el tamaño real de las fotos si pincháis en una de ellas y vais pasando por todas las demás.


Los alrededores. Para promocionar el slackline se colocaron diferentes cintas, camas elásticas, y otros artilugios alrededor del espacio destinado al concurso. Animados quizá por el ambiente, unos practicaban sus propios equilibrios.


Otros probaban la experienca de caminar sobre una cinta inestable.


Y los "riders" del futuro comenzaban su iniciación.


No hay imágenes de los ganadores del Open ni resultados. No me quedé hasta el final. Tampoco la competición en sí misma es el objetivo de este artículo.

4 comentarios:

  1. Mira tu por donde... de no saber nada de esta modalidad despues de tu entrada ya estoy al dia, Gracias...

    Las fotos muy buenas y alguna impresionante!!!

    Un Saludo desde Quel

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    1. Hola José Mª.
      Si con estas 4 fotos y 2 palabras te he puesto al día en esto del slackline es que soy un genio del periodismo :-) Celebro que te hayan gustado las fotos y agradezco mucho tu comentario.
      Otro saludo para ti desde Barakaldo.

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  2. Me gusta mucho como ha quedado, a pesar de que son unas cuantas fotos, se ven bien y el texto te engancha. Un buen trabajo (y eso que andabas medio potxo). ;-)

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    1. Es un honor Jesus.
      No estoy todavía bien del todo pero ya sabes, mientras estás a fotos, no te enteras de los pequeños males, o de si hace frío, o de si tienes hambre,...

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