Fotografiando a Alta Velocidad II. Tiempo de exposición

Lo más evidente suele pasar muchas veces desapercibido. Aunque os parezca una tontería lo voy a recordar para que no se nos olvide después cuando aparezca mezclado entre otros conceptos:
Podréis congelar con vuestras fotos sucesos muy rápidos si sois capaces de utilizar tiempos de exposición muy cortos.

Fijaos que he utilizado para el título el término Tiempo de Exposición y no el de Velocidad de Obturación ¿Son magnitudes coincidentes? A veces sí. Pero no siempre. Espero que al final del artículo las diferencias  queden manifiestamente claras (si es que para alguno no lo estuvieran ya).

Buscando en la red lo que se publica con el nombre Fotografía a Alta Velocidad nos encontramos con imágenes y modos de conseguirlas muy dispares. Haciendo un esfuerzo de simplificación podríamos dividirlas  en tres grandes grupos:
  1. Las que recogen acontecimientos naturales que se producen sin que el fotógrafo intervenga sobre ellos. Coches, trenes o aviones moviéndose rápidamente. Deportistas que corren, animales que juegan, cascadas, fuentes,...
  2. Las de sucesos generados por el propio fotógrafo  con voluntad de fotografiarlos. Estamos por tanto ante un trabajo previo a la fotografía que tiene mucho de taller o laboratorio. Globos que explotan, agua que salpica cuando cae sobre ella una gota o una fruta,...
  3. Primeros planos de aves pequeñas (o incluso murciélagos) congeladas en pleno vuelo. La preparación previa del escenario es todavía más compleja que en el apartado anterior.

Del grupo 3 no puedo poner ninguna foto. Nunca he intentado una técnica que considero extremadamente difícil (aunque no renuncio a hacerlo en el futuro).

Al grupo 1 no le voy a dedicar tiempo en los capítulos venideros. Es una más de las situaciones "corrientes" a las que los fotógrafos nos enfrentamos continuamente. Para hacer buenas fotos de este tipo de sucesos tienes que ser rápido en la toma de decisiones y en el análisis de la luz (casi nada). También puedes obtener alguna que otra buena foto por casualidad pero no te confíes. En fotografía (como en casi todo) la suerte, o no te visita nunca o te abandona cuando más la necesitas.
En líneas generales estamos hablando de sucesos que se producen en el exterior y están iluminados por una fuente de luz contínua (el sol) que puede ser muy potente. Al fotógrafo le toca valorar la cantidad de luz de la que dispone y ajustar los tres parámetros básicos que afectan a la exposición (diafragma, sensibilidad y velocidad de obturación). La secuencia en la toma de decisiones será probablemente la siguiente: Estimo la velocidad de obturación que me conviene a la vista de lo que quiero fotografiar y reparto después diafragma y sensibilidad dependiendo de la profundidad de campo que necesite y del ruido que esté dispuesto a tolerar. No descubro nada nuevo a los que ya os habéis visto en este tipo de decisiones continuamente. El problema está en que, los sucesos rápidos, son muchas veces impredecibles y no te obsequian con una "segunda oportunidad". Así que, bastante tienes con meterlos enfocados dentro del encuadre y realizar además una composición medianamente atractiva. Para la correcta exposición la mayoría de nosotros (yo al menos) confiamos en el buen trabajo realizado por los ingenieros que diseñaron nuestras cámaras y dejamos que sean ellas las que tomen algunas de las decisiones.

En estos casos, tiempo de exposición y velocidad de obturación serán la misma cosa porque estaremos casi seguro disparando sin flash.
Si tu cámara puede disparar a 1/8000 de segundo y tienes luz suficiente para usar una velocidad tan alta podrás congelar sucesos muy rápidos. Si no dispones de velocidades tan altas de disparo o te flojea la luz te tendrás que adaptar.
Sirvan como ejemplo estas dos fotos. La gaviota ha quedado casi perfectamente congelada en su saltito a 1/800 y sin embargo, la pelota del malabarista con la que presentaba el artículo está ligéramente trepidada a 1/3200.

Tampoco voy a hablar del grupo 3. Es un tipo de fotografía en la que la congelación del movimiento se realiza casi siempre a través de luces de flash. Para obtener buenas fotos de este tipo hay que disponer de algo más que una buena cámara. Se necesitán además varios flashes y soportes, remotos para dispararlos a distancia, barreras de infrarrojos, disparadores automáticos, etc. Pero lo más importante es construir un escenario que atraiga a los pájaros al "estudio" que has preparado para fotografiarles. Los montajes que hay que realizar son muy complejos si se opta por el disparo automatizado (sin la presencia del fotógrafo) y tanto o más si se opta por apretar a mano el botón del disparador (habría que asociar al escenario un hide o escondite para ocultar al fotógrafo de sus "modelos"). A este lío tecnológico hay que añadirle un amplio conocimiento de las especies de aves, su modo de alimentación y sus hábitos. Si os interesa específicamente esta actividad os invito a que busquéis por la red trabajos de auténticos especialistas. Agunos son naturalistas ingeniosos y otros ingenieros además de naturalistas. Un ejemplo.

El grupo de sucesos a los que me estoy refiriendo en esta serie de artículos es el número 2. Como somos nosotros mismos los que vamos a generar una acción en "laboratorio" para fotografiarla, tenemos la opción (la obligación más bien) de decidir cómo la vamos a iluminar.
Damos por hecho que salpicar gotas, explotar globos o estallar copas son actividades que se deben realizar en espacios cerrados (al aire libre pueden resultar bastante sospechosas). Pero aunque pudiéramos colocar nuestro lugar de trabajo al lado de una gran ventana deberíamos renunciar a usar la luz que entre por ella. Este tipo de fotografías tienen bastante de experimento científico y es conveniente que intentemos mantener bajo control todas las variables que nos sea posible. De las que nos tocará manejar, la luz del sol sería con diferencia la más caprichosa y cambiante (aparte de que tiene la mala costumbre de abandonarnos todos los días cuando llega la noche). Primera decisión: Luz solar, estás eliminada.
¿Qué opciones nos quedan para iluminar nuestro experimento? Dos.
  • Luz artificial contínua.
  • Luz de flash.
Aquí es donde tenemos que empezar a diferenciar claramente los términos Tiempo de Exposición y Velocidad de Obturación.
  • Si usamos solamente luz contínua, el tiempo que permanezca abierto el obturador de nuestra cámara será el tiempo que permanecerá expuesto el sensor a dicha luz. La velocidad de obturación y el tiempo de exposición serán la misma cosa.
  • Si usamos  solamente luz de flash da igual el tiempo que mantengamos abierto el obturador de nuestra cámara. Al sensor solo le llegará luz el tiempo que dure el destello del flash. Como veis, al usar el flash (y solo el flash) tiempo de exposición y velocidad de obturación son cosas diferentes. Es más, la velocidad de obturación de la cámara es un parámetro irrelevante. Lo único que importa es que el destello del flash se haya producido integramente dentro del espacio de tiempo en el que el obturador permaneció abierto.
Para fotografiar a alta velocidad, se puede usar luz contínua pero tiene muchas limitaciones. Os las voy a tratar de mostrar con un experimento que he preparado. Pero antes os voy a dar dos datos muy significativos tomados directamente de las especificaciones del equipo fotográfico del que dispongo.
  • Como al usar luz continua el Tiempo de exposición = Velocidad de obturación de la cámara, el tiempo de exposición más corto que puedo utilizar con mi Olympus E-5 es su máxima velocidad de obturación = 1/8000 sg. Pocas cámaras habrá en el mercado que dispongan de velocidades mayores.
  • Como al usar luz de flash el Tiempo de Exposición = Duración del destello del flash, el tiempo de exposición más corto que puedo utilizar cuando ilumino con mi flash Metz lo obtendré al dispararlo a su mínima potencia. Ese tiempo es de ...1/33000 sg. 
Importante conclusión. Un flash portatil permite acortar CUATRO VECES el tiempo de exposición de una cámara reflex rapidísima. Quiere esto decir que con luz de flash podríamos congelar sucesos cuatro veces más veloces que los iluminados con luz continua. Esto es en teoría. En la práctica la diferencia puede llegar a ser mayor porque nos encontraremos con muchos más casos en los que podamos utilizar el flash a su mínima potencia (1/33000 de sg) que en los que podamos usar la cámara a su máxima velocidad (1/8000).

Vamos a poner imágenes a estos datos. Me encantan los juguetitos ilustrativos. El que he creado para la ocasión es este:


Es una pirámide de cartulina ensartada en un palillo. Cada una de sus aristas mide 50 mm. (para que os hagáis una idea del tamaño) y su altura es de 35 mm. Comprobaréis más tarde que este último dato tiene su importancia y los numeritos que le he pegado en las caras amarillas también.

Lo que voy a hacer con ella es colocarla en el cabezal de un taladro portatil de batería...


... y fotografiarla con diferentes parámetros mientras la hacemos girar. Se trata de ver cuándo conseguimos congelar el movimiento. Alguno pensará que se me ha ido la pinza porque para percibir un movimiento de rotación congelado podría haber colocado un simple disco en el taladro (con numeritos pegados si me hacía ilusión). Eso es verdad, pero el que lo piense es que todavía no se ha tenido que enfrentar a fotografiar una gota desde muy cerca con un objetivo macro. Entonces se dará cuenta de lo importante que es tener presente la reducida profundidad de campo con la que cuenta. Y más si tiene que usar aperturas muy grandes. En mis pruebas quiero saber cuándo tengo enfocado el número 2 y el 4. O lo que es lo mismo, cuándo dispongo de una profundidad de campo de al menos 35 mm. (la altura de mi pirámide).

Empiezo con luz contínua. Arramplo con todos los flexos que pillo por casa (3) y rodeo materialmente la pirámide con ellos. Aparte del calor, la presión psicológica a la que la he sometido en el interrogatorio ha sido salvaje.


El esquema con flashes es mucho menos aparatoso. La pirámide, interrogada ahora por los "polis buenos", ha estado mucho más relajada y, como era de esperar, los resultado han sido mejores.


Lamento no haber medido exactamente la distancia a la que han sido tomadas las fotos pero creo que andará por los 40 cm. Todas las pruebas se han realizado con el gatillo del taladro apretado hasta el tope. No sé cuál es su velocidad exacta de giro pero sí sé que ha sido siempre la misma.
Lo primero que he comprobado (con la pirámide quieta) ha sido la apertura a la que toda ella quedaba enfocada (dentro de la profundidad de campo del objetivo). La he situado en f14.
Lo segundo en lo que he pensado es en la sensibilidad (ISO). Estamos haciendo un tipo de fotografía que puede ir destinada a usos y soportes muy exigentes con la calidad técnica. Pureza en los colores y  reproducción fiel de las texturas = Ausencia de ruido = Sensibilidades bajas. Como los sensores de Olympus presentan demasiado ruido a ISOS altos, he decidido que me tengo que mover entre ISO 100 e ISO 400.

Prueba 1: 
  • Luz contínua. Tiempo de exposición = Velocidad de Obturación.
  • f14
  • ISO 400
  • Para la correcta exposición con las condiciones previas hemos tenido que aplicar un tiempo de exposición de 1/50

Una foto muy chula pero no es esto lo que andábamos buscando. Me temo que si queremos congelar este movimiento con luz contínua vamos a tener que ser mucho más tolerantes con la apertura (y su profundidad de campo asociada), con la ISO o con ambas.

Prueba 2:
  • Luz contínua.
  • f14
  • ISO 6400 (el máximo de la cámara)
  • El tiempo de exposición que nos podemos permitir con estos parámetros sube hasta 1/800

Nos acercamos a la congelación del movimiento pero no lo conseguimos del todo. Fijaos que los números 8 y 3 y el 9 y 4 parecen desenfocados. No es así. Están trepidados. Más que el 2 y 7 porque su velocidad lineal, al irse alejando del centro de giro, también es mayor.
El ruido en la foto la hace impresentable. Si la pongo es precisamente por eso. Porque es la demostración de lo que no se debería aceptar.

Prueba 3:
  • Luz contínua (insisto)
  • f5 (ya lo tolero todo)
  • ISO 6400
  • Tiempo de exposición 1/6400

Hemos conseguido por fin congelar el movimiento pero nos hemos dejado en el camino la vergüenza (¡que ruido en la foto!) y la profundidad de campo (el número 2, el 4, el 7 y el 9 están, ahora sí, fuera de foco).

Prueba 4
  • Luz de flash (dos flashes)
  • f14
  • ISO 100
  • Velocidad de obturación 1/50
  • Flash A.- Metz al mínimo de potencia 1/256
  • Flash B.- Yongnuo al mínimo de potencia 1/128

¡Qué cambio! Movimiento completamente congelado (os aseguro que la pirámide estaba girando tan rápido como en el resto de las fotos), todo en foco por el f14 y sin ruido por el ISO 100.
La velocidad de obturación de la cámara (1/50) es irrelevante porque lo que importa es que los dos flashes han sido disparados al mínimo de su potencia. Según especificaciones, eso quiere decir que la pirámide ha recibido por la derecha un pulso de luz de 1/33000 de segundo (el del flash Metz) y por la izquierda otro de 1/20000 de sg (el del flash Yongnuo).
Eso sí, las cabezas de los flashes fueron colocadas muy cerca de la pirámide. Como parece que para este suceso vamos sobrados hacemos otra prueba con los siguientes parámetros:

Prueba 5
  • Luz de flash (dos flashes)
  • f22
  • ISO 100
  • Flash A.- Metz a 1/64 de potencia
  • Flash B.- Yongnuo a 1/64 de potencia

El movimiento sigue completamente congelado a pesar de que hemos subido un poco la potencia de los flashes y por tanto su pulso ha sido un poco más largo. Del Metz 1/14000 de sg y del Yongnuo no lo sé porque no viene en las especificaciones la duración del destello a potencias intermedias (supongo que será prácticamente el mismo que el del Metz).
Al aumentar la potencia de los flashes los hemos podido alejar de la pirámide y podemos también disparar con una apertura de f22 con lo que la profundidad de campo ahora es mucho mayor.

Por supuesto que ninguna de las las fotos de las pruebas ha sido procesada. Han pasado por el ACR y el PS sin tocar ni uno solo de los tiradores. En el PS se les han incorporado los textos, se han escalado para web y listo. Os cuento esto porque, si no estuvierais todavía convencidos de las bondades de la luz de flash respecto a la contínua, habría que añadirle una más: La estabilidad en la temperatura de color. Dos flashes, por muy diferentes que sean emitirán luces con temperaturas de color muy parecidas. Tres bombillas de luz contínua son un auténtico revuelto de temperaturas de color.

Enlaces a otros capítulos:
I.- Introducción 
III.- El Instante Fugaz

4 comentarios:

  1. Sigo flipando como te curras los articulos.

    Y el detalle del taladro brutal :-)

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    1. Lo de la pirámide me pareció una buena idea como recurso didáctico. Según la iba haciendo decidí cambiar el color de dos de las caras y poner las tiras de números (inicialmente había pensado escribir a mano alguna tontería). La figurita funcionó a la primera. Otras veces no tengo tanta suerte.

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  2. No por conocido menos interesante, todo y como nos lo cuentas. Una buena exposición del "tiempo de exposición" jeje

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    1. Me parecía importante fijar bien estos conceptos antes de pasar a los artículos que vendrán. Que supongo serán más de cacharrear. Me alegro de que te haya gustado mi modesta exposición :-)

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