Una imagen para representar un concepto

La foto que muestro en este artículo es un encargo. Formará parte de una colección para ilustrar un calendario. Siempre me ha gustado esta forma de hacer fotos. Tienes un tema (en este caso es un concepto bastante abstracto) y has de representarlo con una imagen.
No sé exactamente cuáles son las rueditas que se mueven en mi cerebro y en qué orden lo hacen cuando me dedico a una tarea como esta. Lo que sí sé es que la idea va tomando forma en segundo plano. Mis costumbres y mis rutinas son las de todos los días pero, en la sombra, llevo un runrun que va relacionando cosas que veo, conversaciones que escucho o recuerdos antiguos, con el concepto que tengo que representar. Si intento llegar directo al resultado (poniéndome a pensar especificamente en el asunto) la cosa no funciona. El pensamiento elaborado es frágil, asustadizo, rehuye el cara a cara. La magia que lo acompaña se escapa cuando se siente acosada.

El concepto que me encargaron representar es "La Institución Total". Aquella en la que todo está regulado. Cuándo hay que levantarse y acostarse, lo que se come y cuándo se come, lo que se puede hacer y decir. Y cualquier otra cosa que se te ocurra ¡Ah no! En la Institución Total no hay autorización para que se te ocurra nada. Resumiendo, aquella en la que las normas han ido creciendo hasta colocarse por encima de los individuos. 


Tengo la suerte de que, cuando el calendario se publiqué, ya se habrán apagado los ecos del mundial de futbol que se está celebrando ahora. Los personajes de mi foto son las figuras de un futbolín pero, como os acabo de contar, el concepto que representan nada tiene  que ver con el futbol. Utilizo estas figuras porque, ya en las partidas que jugaba de niño, me provocaban cierta inquietud. Tan hieráticos ellos y empalados en una barra con la que, desde fuera (ellos estaban encerrados entre cuatro paredes bastante altas), guiábamos sus movimientos. Sujetos sujetos a la Institución Total. Aquella que todo lo controla y que, como no se fía además de que puedan ver algo a través de esos ojos pintados en su cara con un pincel, les ha cubierto la cabeza con una capucha.

Representar un concepto con símbolos aceptados y reconocidos por la mayoría no precisa de explicaciones complementarias. El problema es que no aporta nada nuevo. Y lo que es peor, se cae con facilidad en los tópicos. Si lo haces con un lenguaje privado tendrás forzosamente que adjuntar un diccionario porque si no, nadie lo entenderá. Pero tengo el convencimiento de que al observar la foto, de modo inconsciente y aunque no la entiendas, percibirás al menos el esfuerzo del autor en su búsqueda.

Como este artículo lleva solo una foto la he subido a un tamaño bastante grande. El que podréis ver si pincháis sobre ella.

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