Entre Langre y Loredo

Como en el juego de la oca. De playa a playa. De la de Langre a la de Loredo. Bellísimas las dos. Deben tener también una buena ola porque, a juzgar por los jóvenes (y no tan jóvenes) de todo el mundo que se reúnen en ellas, aquello parece un "Surfing Paradise".
Lo que voy a mostrar en este artículo son algunas fotos del camino que corre por la línea de costa entre estas dos playas. Es también un pequeño tramo del Camino de Santiago del Norte. Dicen que este camino es más duro que el Francés aunque, en lugares como este, a los peregrinos seguro que les compensa el esfuerzo.
No parece muy normal introducir un artículo que describe un sendero con un autobús pero me sorprendió tanto toparme con este regalo fotográfico justo antes de empezar a caminar que, allí mismo, decidí que iba a publicar algo con lo que dieran de sí las fotos del día. Como considero por tanto que esta imagen es la precursora del artículo, como me gusta mucho y como me parece perfecta para capturar la atención, allá va.


Hasta aquí la introducción. Hemos venido a caminar de modo que nuestras zapatillas abandonan el asfalto y comienzan a pisar la tierra del sendero.

En este blog no se describen las rutas con precisión. Hay otros que lo hacen estupendamente así que, la información geográfica de esta ruta (y otras muchas) la podéis encontrar en páginas tan bien organizadas como esta.

Aquí se publican fotos y se trata de representar a través de ellas las sensaciones que fue recibiendo el que las tomó mientras lo hacía. 
Se comienza describiendo un poco el lugar.
El camino parte de la playa de Langre, enmarcada por un acantilado.


Y termina en la de Loredo, enmarcada por una duna.


Lo que las une es un sendero que discurre paralelo al acantilado por lo que casi siempre puedes extender tu mirada hasta el horizonte.




Un camino se puede representar en un mapa, se puede describir la orografía por donde discurre y el firme sobre el que se pisa. Pero recorrerlo tiene algo de emoción, de sentimiento y de equilibrio que resulta más difícil de expresar.






Caminar es una actividad pausada que permite pararse a observar lo cercano,




continuar caminando mientras observas lo no tan cercano,



y volverte a parar para intentar abarcar hasta donde llega tu visión.



Esto es lo que el paseo ofreció (que no es poco). Aunque no lo parezca, todas las fotos están hechas el 11 de Octubre de 2015, un día con un clima impropio del otoño Cantábrico. 
Cierro el artículo con dos imágenes un tanto particulares:
La primera es un enlace a una panorámica circular que he colocado donde suelo hacerlo (en 360cities.net). Creo que si os movéis por ella os podréis hacer una idea bastante buena del tipo de paisaje que se disfruta en este paseo. Está tomada al poco de comenzar la ruta, tras coger un poco de altura sobre la playa de Langre. Llegaréis al lugar pinchando aquí. Si lo veis a pantalla completa es como si hubierais viajado hasta allí en un helicóptero (bueeeno, igual exagero un poco). Dependiendo de la conexión a internet que tengáis puede tardar un rato en cargarse toda la panorámica porque el detalle con el que se ha subido hace que sea muy pesada. Paciencia.
La segunda es otra foto del mismo autobús. Seguía allí cuando volvimos y ahora las condiciones de luz eran algo mejores. Pero, por mucho que nos empeñemos, la luz no lo es todo en fotografía. Para mí, la gemela a esta (con la que se abre el artículo) tiene más magia.


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