Por el Flysch de Zumaia

Que 20 años no es nada... decía el famoso tango ¿Serán algo 60?...millones.
Precisamente son esos los años de la historia de nuestro planeta que están escritos a modo de diario en los estratos rocosos que dibujan los 14 km de línea costa entre Zumaia y Deba. Sí, aquí, en un pequeño rincón  del País Vasco, al norte de la península ibérica, en el occidente de ese continente que hoy denominamos Europa.


En nuestra escala de tiempo 60 millones de años es una cantidad difícil de asumir. En la del planeta tierra (con una edad estimada de 4.470 millones) es un periodo bastante pequeño. Pero, también como en nuestra vida, no importa tanto el tiempo vivido sino cómo lo supimos aprovechar y la impronta que dejamos a nuestros descendientes.
Esas son precisamente las dos claves que hacen de este lugar algo muy especial.
  • En el periodo de tiempo que recogen estas piedras se escribieron capítulos muy importantes de la historia reciente de nuestro planeta. La extinción de los dinosaurios es quizá el más conocido pero no el único. Hay otros hitos que promueven (y explican) el que esta familia de monos (a la que pertenece el que os habla) lo hayamos colonizado hasta el último de sus rincones. Se puede por tanto leer aquí parte de la respuesta a uno de esos  grandes enigmas relacionados con nuestra existencia. El De dónde venimos.
  • Los sucesos narrados en las hojas de este libro se han conservado en un orden perfecto. Si consideráramos al planeta como un ente vivo podríamos deducir que, el escribir sobre sí mismo y custodiar sus escritos, no es algo que le preocupe demasiado. Él está más a experimentar, cambiar, evolucionar y, a menudo, romper con su pasado. Encontrar un lugar en el que aparezca una parte de su biografía tan bien escrita y con todas las hojas limpias y ordenadas es una rareza. Una rareza muy interesante para nosotros.
No soy capaz de resumir en el tamaño habitual de los artículos de este blog una historia de casi 4.500 millones de años. Si os interesa el asunto os recomiendo este estupendo video que narra el devenir del planeta de una forma muy amena en poco más de hora y media. La culpa de que yo haya llegado hasta él la tiene la actividad que realicé el domingo pasado. Os hago una pequeña crónica de la misma.


El Flysch de Zumaia era uno de esos lugares con los que tenía desde hace tiempo una asignatura pendiente. Inicialmente el interés me venía de su atractivo fotográfico. Después me fueron llegando retazos de información que me hablaban de su valor geológico. Fragmentos desordenados a los que no les presté la atención suficiente como para decidir que ya era el momento de plantear una visita. Hasta que, en la reunión de fin de semana que solemos hacer unos amigos en el mes de diciembre, se acordó que este año tocaba San Sebastián. Al poco de tomar  la decisión me vino a la memoria Zumaia (está a 35 km). Busqué un poco de información (ahora ya de forma metódica) y entré en contacto a través de la Oficina de Turismo con la empresa Begi-Bistan que se dedica a organizar todo tipo de actividades (incluyendo visitas guiadas) por el Geoparque de la Costa Vasca.
Me informé también de las previsión meteorológica (excelente) y de la hora de la bajamar (perfecta). Planteé el asunto a mis amigos. Como les gustó la idea, contraté una visita guiada de 3 horas en la que nos hablarían un poco de la biodevirsidad en la rasa mareal o plataforma de abrasión y otro poco de la riqueza y la importancia que tiene la zona a nivel geológico.
Vamos pues a lo que importa. La experiencia sobre el terreno.


Comenzó con una pequeña explicación del por qué de la gran cantidad de vida animal y vegetal que puebla la rasa. Para enseguida poder comprobarlo con nuestros propios ojos.







Al mismo tiempo que procuraba estar atento a las explicaciones y a los descubrimientos, no podía sustraerme a la grandeza del paisaje.




 A la belleza de los colores.




Y a los infinitos patrones de formas y texturas.





Abandonamos la rasa porque la marea está empezando a subir y porque ahora toca entender la riqueza geológica que esconde este entorno.
Estratos que datan la vida del planeta y en los que se puede leer lo que pasó hace millones de años. La extraña composición de uno de ellos, particularmente fino y de un anómalo gris oscuro nos indica que algo "diferente" a lo habitual sucedió en la tierra hace 65 millones de años. Son pruebas que refuerzan la teoría del gran impacto de un asteroide a muchos kilómetros de aquí, en la península de Yucatán, lo que provocó un enorme cambio en las condiciones de vida del planeta, la extinción de muchas especies (los dinosaurios entre ellas) y la supervivencia y posterior éxito de unas pocas (los mamíferos por ejemplo).
Otras series en las que se alternan periódicamente diferentes anchuras y que afianzan la teoría de la existencia de ciclos en los que cambia la forma de la órbita de la tierra en su giro alrededor del sol.


Dos clavos de oro (golden spike) concedidos por ser este el lugar del mundo en el que mejor se aprecian sendos límites geocronológicos. Hitos importantísimos para la comunidad de geólogos que les permite dividir con precisión la historia del planeta y estudiar separadamente los periodos.


Nosotros tuvimos la suerte de poder escuchar todo esto en directo, con una experta (gracias Naiara) que nos lo fue narrando con la mezcla justa de rigor y entusiamo. Para los que no hayáis tenido esa oportunidad, o queráis situaros un poco antes de una futura visita, o porque simplemente os interesa el asunto, os recomiendo que leáis este artículo. Es muy claro y didáctico.

Y mientras todos nos íbamos emocionando cada vez más con lo que escuchábamos, seguíamos arropados por un impresionante paisaje.






Hasta aquí lo que tenía para contar. Pero todavía el día se estiró un poco más y, después de comer, nos permitió dar un pequeño paseo por el puerto de Zumaia.


Mientras el sol descendía.


A los que no conozcáis aún este mágico lugar, os recomiendo que lo pongáis en vuestra lista de destinos futuros (y le dibujéis delante un "golden spike" para darle preferencia). Yo no lo he borrado de la mía porque me gustaría volver en algún atardecer de primavera con el único objetivo de fotografiarlo. El peligro es que puede ser muy frustrante si se dan todas las condiciones favorables. Es imposible que te puedas llevar en una foto toda la belleza que se puede desplegar aquí.


2 comentarios:

  1. Siempre es un placer leer y aprender de tus entradas, no solo la forma de relatar, sino ademas toda la información (documentación) extra que aportas.
    Las fotos van perfectas, si bien como me comentabas igual no son las que irías a buscar si vas precisamente a eso (a fotografiar), dado el momento no dejan de ser un buen trabajo ;-)

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  2. Es un honor contar con tus comentarios. A todos nos gusta que nos estimulen un poco la vanidad. Pero lo mejor es poder sentirse "colega" del que percibes que sufre tus mismos desvelos. Solo alguien que ya haya vivido antes esta situación podría decir "igual no son las que irías a buscar" :-)

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