Litofanías

Quizá la palabra os suene un poco extraña y es posible que tampoco sepáis a qué nos referimos cuando la utilizamos.

Sean Pathasema/Birmingham Museum of Art
La palabra litofanía viene del griego clásico:
Lithos.- Piedra
Phainein.- Aparecer. No se refiere al aparecer de la nada como un fenómeno mágico (aunque más adelante veréis que un poco también hay de eso) sino más bien a algo relacionado con la luz. Es lo que se nos aparece a través de una materia que deja pasar la luz. De esta palabra (phainein) han derivado también otras como diáfano cuya relación con la transparencia se percibe con más claridad.

El objeto que nombra se puso muy de moda en Europa desde finales del siglo XVIII hasta principios del XIX. Estamos en un periodo en el que aún no se había inventado la fotografía (aunque había que hacerlo enseguida porque era ya una necesidad :). Las litofanías son grabados sobre material traslúcido (habitualmente porcelana) que, al ser atravesado por la luz, reproducen una imagen muy parecida a la que hoy podríamos obtener retroiluminando una fotografía en blanco y negro. Como "grabar" sobre porcelana es una misión casi imposible, la mécanica pasaba por tallar sobre cera (en negativo) un relieve y depositar después sobre él la pasta blanda que se endurecería en el horno hasta convertirse en porcelana (de ahí lo de lithos).

 A alguien le puede parecer interesante en sí mismo esto de las litofanías pero la mayoría estaréis pensando: ¿A qué viene esto después de 200 años y precísamente en un blog de fotografía?
Pues viene a cuento del interés que el descubrimiento de esta antigua técnica ha despertado en su autor. Por dos motivos:

Elke Wetzig (Elya) - Own work
1.- Una litofanía es la representación física de la escala de grises. Además, con la forma un tanto artificiosa de realizar litofanáis en la actualidad (lo veremos luego) se puede entender con mucha claridad el concepto "posterizar".
En las litofanías, el diferente grado de transparencia se conseguía tallando el material. Las zonas donde se dejaba el material más fino eran atravesadas por mayor cantidad de luz  (nos acercábamos más al blanco)  y, en las que no se retiraba material, exactamente lo contrario (nos acercábamos más al negro). Entre una y otra, y dependiendo de la pendiente de cada zona, se iban consiguiendo los diferentes tonos de gris de la escala.
Si cortáramos una litofanía y miráramos ese perfil veríamos una línea que sube y baja. Pues bien, la posición de cada uno de los puntos de esa línea respecto al más bajo (el 0) o al más alto (el 255) sería exactamente el tono de gris que le corresponde en la escala que utilizamos habitualmente.

2.- La tecnología con la que contamos hoy en día nos permite realizar litofanías de forma muy fácil. En honor a la verdad hay que decir que el efecto inmediato es sorprendente pero la calidad de lo que se consigue está muy lejos de la de los trabajos tan bellos producidos por los artistas de hace 200 años. Además, en lugar de porcelana utilizamos plástico que, como no era un material conocido en la Grecia clásica, tampoco había una palabra para nombrarlo. Mejor así. Plasticfanía sería una palabra rara hasta el exceso.

Voy a explicaros de forma resumida el procedimiento. Los que estéis muy interesados en él (y dispongáis de los medios para realizarlo) podéis seguir este tutorial tan completo que mi compañero Iñaki Orrantia (el que me ha guiado a mí en el proceso) publicó en su día en el blog de BilbaoMakers.
Necesitaremos 2 cosas:
Una fotografía. Para este artículo he elegido una que tomé en la recreación de los "Baños de Ola" que hacen todos los años en Santander. La representación hay que situarla en una época (finales del XIX y principios del XX) bastante posterior al auge de las litofanías pero no nos vamos a poner puristas con las fechas.


Una impresora 3d. A pesar de lo mucho que se habla de ellas poca gente tiene hoy una todavía. Es una tecnología que está sufriendo una evolución constante y rapidísima. En cuanto se estabilice un poco (y un sistema con el que se obtengan resultados un poco mejores que los actuales se erija como monopolio) estoy convencido que se convertirá en un electrodoméstico más de la casa (como el microondas o la lavadora). Si después del artículo os quedáis prendados del sistema y queréis convertir a toda costa una foto vuestra en litofanía, tendréis que compraros una impresora o buscar a alguien cercano que os preste la suya.


A partir de aquí, nuestra foto tiene que cocinarse con dos programas:
El primero va a convertir la imagen, que es un mapa de bits con extensión .jpg, en un dibujo vectorial con extensión .stl. Hay varias alternativas para realizar esta conversión. Yo de momento estoy utilizando  "Image to stl converter". Es un programa gratuito y muy sencillo. Podéis descargarlo del repositorio de thingiverse. Lo que ha hecho este programa realmente es transformar una imagen de dos dimensiones en un relieve. La tercera dimensión no es más que la altura de cada uno de los puntos y ese valor lo ha tomado del tono que tenía cada pixel de la imagen.


El segundo va a traducir el dibujo vectorial (nuestro archivo .stl) a un idioma que la impresora 3d sea capaz de entender (un archivo .gcode). Para esta tarea yo estoy utilizando el programa "Cura". En esta página tenéis un tutorial que os guía en el modo de descargarlo e instalarlo.
La captura de pantalla que veis a continuación es muy reveladora. Es una visualización del archivo stl creado a partir de nuestra foto (con el Image to stl converter) abierto ya en el Cura. Como podéis comprobar, lo que tenemos es un relieve (diferentes alturas) y no una foto (diferentes tonos de gris).


No voy a pararme a describir las diferentes opciones de cada uno de los programas (para eso ya os remití al principio al tutorial del blog de BilbaoMakers en donde la "cara tecnológica" de este proceso está mucho mejor descrita de lo que yo sería capaz). Se trata de que tengáis una visión general del procedimiento y "un poquito más". Lo justo para no distraernos del destino a donde nos dirigimos.
Nuestro labor termina cuando grabamos el .gcode en una tarjeta, la insertamos en la ranura de nuestra impresora 3d y le damos la orden de imprimir. Ahora es su turno. Tras aproximadamente 2 horas de trabajo incansable (la máquina ni para ni se queja) tenemos nuestro litofanía terminada. Los que esperaban un resultado espectacular (yo mismo cuando imprimí la primera) se van a sentir inevitablemente defraudados. Porque lo que sale de la impresora es esto:


No es, ni con mucho, un bajorelieve con la limpieza y la precisión que tenía el que veíais en la segunda foto de este artículo. Pero no hay que desanimarse a la primera (si eres de esos ni se te ocurra meter en tu casa una impresora 3d). Porque ni aquel ni este están pensados para maravillar cuando reciben la luz por el frente. Su cometido es que la imagen aparezca (phainein) cuando son atravesados por una luz que les venga desde atrás. Como en el apogeo de las litofanías no se conocía la electricidad (no tenían bombillas y mucho menos leds) habitualmente se retroiluminaban con la luz que entraba por una ventana o con el sistema que vamos a usar también hoy nosotros para reproducir aquel momento mágico: Con una vela.


Como podéis ver, la técnica tiene posibilidades si lo que interesa es el sorprendente efecto que provoca el que aparezca una imagen cuando la luz atraviesa un objeto físico. Si estáis en esa fase en la que prima el enfoque, la definición y otros parámetros fotográficos parecidos,  no es (todavía) vuestro momento para litofanías. Yo seguiré probando para ver qué tipo de imágenes se prestan mejor para esta técnica. De momento me inclino por "los clásicos".


Quizá por el resultado tan espectacular que se obtuvo con este enorme mosaico construido el año pasado en BilbaoMakers. 30 litofanías de 100x100 mm. para reproducir otro icono del cine.


Aunque por casualidad y sin esperarlo te encuentras con que ciertas fotos, al ser convertidas en litofanías, adquieren un plus sobre la imagen de dos dimensiones. Como este avatar mío al que la retroiluminación le da un aire bastante más opresivo que el que ya de natural tenía.


Termino aprovechando esta técnica para hablar del efecto "posterizar". Viene de la palabra "poster" y consiste en reducir el número de tonos de una imagen (habitualmente 256) a otro mucho menor. Vamos a posterizar la imagen que nos ha conducido por nuestra litofanía dejándola solo con 13 tonos. Mirad como la suavidad en las transiciones se va perdiendo al concentrarse los tonos en capas. Es un efecto idéntico al de los mapas en los que se representan las alturas del terreno con curvas de nivel.


Sabed que las impresoras 3d actuales trabajan exactamente de esa manera. De su boquilla sale un hilo de plástico que se va depositando hasta rellenar la figura programada para una capa. Cuando termina esa, empieza con otra y así hasta completar la pieza. A mi máquina le preparo los archivos para que los complete con capas de 0,2 mm. de espesor. Una litofanía de 3 mm. se completará por tanto tras depositar 15 capas de plástico. Como las 3 primeras son de relleno completo cuentan solo como una por lo que se nos quedan en 13 . Es por esto que las litofanías realizadas con una impresora 3d se diferencian tanto de las que realizaban los artesanos tallando la cera con una gubia. Aparte de la pérdida de los detalles por otras muchas razones, lo que una impresora 3d puede representar de una foto no será nunca mejor que lo que veamos al posterizarla con un valor entre los 10 y los 20 tonos.



6 comentarios:

  1. Fantástico, gracias por el artículo, es muy revelador

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    1. Me alegra especialmente que te haya gustado porque eres tú el que me las descubriste y es tu tutorial en BilbaoMakers el que me ha guiado para fabricar las mías. Fabricación digital (mi nueva pasión) y fotografía (la pasión de siempre) reunidas. Aportar algo en esta disciplina era casi una obligación para mí.

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  2. Mola el articulo y mola mucho mas toda la informacion colateral.

    Y por cierto, a mi me mola mas plastikfania ;-)

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  3. Me alegro de que te haya gustado el artículo. Lo de aportar información colateral me parece lo natural. Cuando te pones a hacer algo y a escribir sobre ello has de informarte. Si consigues hacerlo es porque alguien te ha "prestado" la información. Y los prestamos hay que devolverlos para que la rueda del conocimiento no se pare.

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  4. Ya veo que le sacas partido a la impresora :)) Me gusta el resultado, aunque en principio pueda parecer tosco, retroiluminado tiene muy buena pinta. Como siempre un lujo toda la información del proceso. ;-)

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  5. Gracias por el comentario Jesus. Ya te contaré cuando nos veamos (hace mucho que no tenemos un rato de conversación). Parte de la culpa la tiene la impresora 3d. Esta máquina insaciable que compartimos y que se está quedando con una preciosa cantidad de mi tiempo :))

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