¡Tengo Fotos!

Exclamación que, acompañada con múltiples expresiones de lenguaje no verbal, transmite la alegría y la ilusión propia de un chiquillo. Tus amigos fotógrafos te miran con condescendencia y los no fotógrafos directamente con aburrimiento. Pero a ti qué más te da. Tú, hoy, no necesitas demasiado porque... ¡Tienes Fotos!

Doce (incluida ésta con la que lo presento) os muestro en este artículo.

Llevaré unos cuantos miles de fotos procesadas (disparadas mejor no contarlas), pero sigo ilusionándome con las últimas. Y más después de un bache creativo que me ha tenido casi todo el mes de Marzo sin usar la cámara. La actividad extra en el trabajo, el cansancio y, sobre todo, el bajón que acompaña a la finalización de un proyecto muy intenso para mí (el que se muestra en los cuatro artículos anteriores de este blog) han sido las causas. Te parece además que, después de un proyecto, tienes que meterte obligatoriamente en otro. Que coger la cámara sin una idea fija es algo vulgar.
Me olvido de que el acto fotográfico es muy amplio y que no conviene despreciar (menos en un aficionado como yo) su componente lúdica. No es bueno que la fotografía sea sólo juego pero también es eso, un juego intelectual que divierte y distrae.

Estos días libres que casi todos tenemos en semana santa he tenido que dedicarlos a un trabajo manual que tenía pendiente. Tras pasarme horas moviendo pesos en posturas forzadas y con dolor en todos los músculos del cuerpo (cómo podemos tener tantos), lo que apetece de verdad es dar un paseo y traerte de él algo que te guste (fotos). Es muy fácil, sólo tienes que levantar un kilo de peso (una minucia y además lo haces con los dos brazos) y apretar con el dedo índice un botón (que va muy ligero).

Estas 6 primeras fotos (se incluye la de presentación) son muy tradicionales. Típicas, muy poco arriesgadas. Si tienen algún mérito, no es tanto del fotógrafo como de la belleza del paisaje que se muestra o del momento de luz que lo viste.







Las seis que vienen a continuación son un poco diferentes. Tienen más que ver con esa forma rara de mirar que vamos poco a poco desarrollando los amantes de las fotos. La del que observa todo el rato a lo que le rodea como si lo hiciera a través del visor de la cámara; la del cazador de momentos; la del que trata de exprimir las posibilidades técnicas de su herramienta y la del que crea imágenes "extrañas" aprovechándose de las diferencias entre lo que el ojo humano distingue y una cámara fotográfica es capaz de recoger.











No hay comentarios:

Publicar un comentario