De paseo por un pueblo

El fin de semana pasado lo pasé junto con un grupo de amigos en Turtzioz o Trucíos, un pueblo de las Encartaciones en Bizkaia. Pero este pequeño artículo no es una descripción de este pueblo ni una narración del buen ambiente del que disfrutamos. Es una colección de fotografías con las que pretendo transmitir el sentimiento que me provocan estos lugares. Son sensaciones que pueden cambiar radicalmente dependiendo del estado de ánimo con el que llegas o de la categoría de los recuerdos que te visitan cuando estás allí. E incluso de que luzca el sol o se eche la niebla.

Buenos lugares para curarte si llegas agobiado por la competitividad de la ciudad, por su ritmo frenético y por sus tensiones.

Malos si te asusta la soledad o cedes con facilidad a la melancolía.

Si te gusta sentirte cerca de los ciclos naturales, del discurrir de las estaciones, aquí saldrás a la calle y, antes de que te des cuenta, estarás insertado en la madre naturaleza.

Si te deprimen los efectos del otoño en el bosque, si prefieres la seguridad que da un entorno fuertemente urbanizado, éste no es tu sitio.

Todo tiene en estos pueblos una dimensión asequible, abarcable, medible. Quizá por eso es más fácil detenerse en los detalles y disfrutar plenamente de ellos.

Pero si vienes buscando algo grandioso te tendrás que conformar con lo mediano.

Y no todo el confort se obtiene aquí con sólo apretar un botón.